Hasta que por
fin vi en vivo y a todo color al queridísimo equipo del estado de Morelos al
grandioso Club Zacatepec. Desde hace miles de años íbamos al Municipio de
Zacatepec porque mi mamá allá tiene familiares. El autobús nos dejaba a unas
cuadras del Ingenio Azucarero Emiliano Zapata y del modesto y sencillo estadio de fútbol Agustín “Coruro”
Díaz. Siempre salían pretextos o escusas para no ir y no era por parte de mi
mamá sino por su primo Eduardo.
A este señor lo
llegué a aborrecer porque nosotros (Mi hermano y yo) queríamos ir al estadio y
ver al impresionante Club Zacatepec y al ídolo “Harapos” Morales. El Zacatepec
era invencible en la selva cañera jugaban a mediodía con un calor abrazador
sofocante. Pasaron muchísimos años y es hasta este sábado 24 que tenemos la
oportunidad de ir al Nuevo Estadio Agustín “Coruro” Díaz. Está catalogado para
ser el estadio número uno del mundo.
Salimos alrededor
de las 17:00 hrs de la casa de mi mamá (municipio de Xochitepec) y legamos alrededor
de las 17:20 hrs al estadio. Mi mamá, mi hermana Irma y mi sobrina Sofia
decidieron ir a conocer un poco más ese hermoso pueblo de Zacatepec. Nos
quedamos de ver a las 20:00 hrs en donde habíamos dejado el carro.
Mi sobrino y yo
fuimos a comprar los boletos pero primero compramos unas gorras con el logo
tipo del Club Zacatepec. Entramos aproximadamente a las 17:45 hrs nos fuimos a
sentar a donde estaban los seguidores del Zacatepec. Ya sabrán mi sobrino y yo
echando porras al Zacatepec y consignas al Necaxa. Cuando el portero del Club
Necaxa iba a despejar con el pie, desde el área chica de su portería, los aficionados
y porras del Zacatepec, gritábamos: ¡¡Heeeeeee Putoooooooo!!
El marcador fue
favorable para el Necaxa quien ganó de visitante 2-1, el Zacatepec para
llevarlo a Primera División y para ser el equipo glorioso de los años 80s la
directiva debe invertir en un defensa, un medio y un delantero de talla
internacional, porque si no va a seguir pasando el tiempo y el Zacatepec, bien
gracias, en la vil desgracia. Cuando salimos del estadio apreciamos la iglesia,
el kiosco y los jardines. Llegamos al carro ya estaba ahí mi mamá, Irma y Sofia.
Gael llegó con los ojos tapados diciendo: Perdió el Zacatepec. Mi mamá le dice:
Ya no llores. Y Gael les dice: No estoy llorando, las engañé.
De repente mi
mamá de unas bolsas saca el uniforme del Zacatepec y se lo regala a Gael. Este escuincle
está feliz de la vida, luego, luego se puso el uniforme.
Cada vez que regresamos
a la Ciudad de México pasamos a comer tacos de cecina y longaniza en un local
que está a un costado de la carretera Emiliano Zapata-Zacatepec. Tenemos más de
4 años comiendo en este local, la verdad estos tacos son los mejores del estado
de Morelos.
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