No
soy muy adicto al teatro pero cuando se puede voy, la primera vez que fui a una función teatral fue en el año 1991, Teatro Guilberto Cantón, la obra “El
Juicio a Martín Cortés”. En esta obra trabajó mi primo Ricardo Mansur (nombre
artístico) desempeña un buen papel. Ricardo ya lleva varias décadas en el mundo
del espectáculo ha salido en comerciales, teatro, televisión, eventos masivos
al aire libre, etc, etc, etc.
A
finales de esta misma década aprecié la obra “La casa de Bernanda de Alba” del
español Federico García Lorca en el teatro Julio Castillo.
Para
principios de los años 2000s disfruté la obra “Edipo Rey” de Sófocles con
Ignacio López Tarso. El recinto cultural Teatro Benito Juárez.
Y
ayer sábado 13 mi sobrina y su servidor fuimos al Teatro Ramiro Jiménez y nos entretuvimos
con la puesta en escena “El Exorcista” una adaptación al libro de William Peter
Blatty. La obra escénica fue buena, los actores dieron lo mejor de sí, la
escenografía me encantó, el vestuario casi igual a la película; la iluminación,
el sonido y los efectos especiales le dan ese toque distintivo que atrae a los
amantes del terror.
Que
más les puedo decir de “El Exorcista” en la década de los 70s (estudiaba la
primaria) fui con mis amigos al Cine Hipódromo Condesa, nos costó mucho trabajo
entrar porque éramos menores de edad. Pero
logramos entrar y en la sala fue terrorífico el espectáculo, salimos muy
alterados y sentíamos que el diablo nos perseguía. Ja, ja, ja, ja, ja, ja.
En
la década de los 80s mi tía Yolanda me regaló el libro éste lo leí
apasionadamente, diario me adentraba en el mundo místico, misterioso y espeluznante
de los personajes Reagan MacNeil, Padre Merrin, Chris MacNeil, Padre Karras,
Teniente Kindermam, etc. Llegó el momento en el que sentía aversión por este
ejemplar pero también quería seguir avanzado y conocer el sufrimiento de la
niña poseída, fue un gran suspiro terminar el libro y comprender lo difícil que
es un exorcismo.