domingo, 8 de junio de 2014

Panini en el corazón del Estadio Azteca


Gracias a Panini ayer sábado 7 de junio tuve la oportunidad de conocer la cancha del Estadio Azteca. Siempre tuve esa curiosidad o ilusión de que algún día estaría en el terreno de juego y poder disfrutar cada rincón del estadio. Ayer se realiza el primer intercambio masivo de estampas del Álbum Panini Brasil 2014. La forma en la que decoraron la cancha y las marcas comerciales que participaron le dieron un toque muy especial al evento.


No pude estar desde el inicio porque tuve que trabajar tan poco pudieron ir mis sobrinos que era la idea principal para nosotros, y que pudieran ver y disfrutar el interior del Estadio Azteca. Llegue aproximadamente a las 18:15 hrs me gusto entrar por primera vez a la cancha, disfrutar las actividades que se estaban realizando, interactuar con los coleccionistas, pero sobretodo poder apreciar en su magnitud el célebre Estadio Azteca. Panini nos da la oportunidad de conocer el corazón del Coloso de Santa Úrsula y pues la aproveche al máximo.


Estar en el centro de la cancha me trajo recuerdos agradables la primera vez que conocí el Estadio Azteca, en la década de los 70s, estuvimos en la parte de hasta arriba podíamos ver calzada de Tlalpan. Posteriormente comprábamos boletos para estar en la parte de en medio y disfrutar mejor las polémicas jugadas. En los ochentas entrabamos en plateas o palcos, y no era porque tuviéramos un concesión en el Estadio Azteca, sino porque llegábamos temprano nos brincábamos por una de las puertas y nos escondíamos en un palco abandonado, posteriormente nos cambiábamos a un palco en mejores condiciones, cuando nos descubría el personal de seguridad les dábamos para sus refrescos o cervezas.


Pero en la década de los 90s entraba hasta la parte de abajo, la cancha y los jugadores, los tienes a pocos metros de distancia. Esto sucedió porque un vecino, que lleva años en la porra del Atlante, me invito, estuve varias temporadas apoyando a los Potros de Hierro del Atlante, tengo dos camisas de la Porra Oficial de Tito Tepito y una bandera con el logotipo del Atlante.



También recordé y me pregunté, qué sintió el Rey Pelé al anotar uno de los goles y hacer rugir al Estadio Azteca en la final contra Italia en el Mundial México 70, levantar la copa y ver que todos los asistentes gritan, aplaudían y apoyaban a la selección brasileña. Igualmente recordé la final del Mundial México 86 donde el astro Diego Armando Maradona hace enloquecer a los cientos de aficionados que fueron a apoyar a la Selección Argentina. En fin tuve gratos recuerdos del Coloso de Santa Úrsula.


También me hice otra pregunta por demás capciosa, por qué nuestros jugadores a nivel selección siempre fracasan si tenemos de las mejores instalaciones para la práctica del deporte más popular del mundo. Por la simple y sencilla razón de que nuestro fútbol antes que nada es un negocio donde todos salen beneficiados, menos la afición. El futbolista mexicano medio corre, medio juega, gana muchísimo dinero y no tiene el nivel de los jugadores europeos, brasileños, argentinos, incluso en la actualidad de los africanos. Mientras se siga teniendo los vicios del pasado nuestro fútbol nacional seguirá siendo una gran decepción a nivel selección.