El aniversario que se realiza a nivel nacional de la Virgen del Tepeyac el día 12 de diciembre de cada año tiene tintes antropológicos. El fervor que se desborda por los creyentes es alimentado o influenciado por los medios de comunicación. Varios feligreses creen que la Guadalupana les concede milagros o al menos escuchas sus plegarias y devociones. Pero de dónde surge esta adoración a la Virgen de Guadalupe.
Desde antes de la llegada d los españoles a Mesoamérica nuestros antepasados tenía una religión politeísta, es la creencia de la existencia de muchos dioses o divinidades. Las culturas antiguas adoraban en el Cerro del Tepeyac al Diosa Tonantzin “Nuestra madre venerada”.
Esta deidad de la mitología azteca era de las principales para estos grupos originarios que reverenciaban a otras tantas deidades en otros sitios: Tláloc, Xiuhtecuchtli, Tezcatlipoca, Mictlantecuchtli, Tonatiuh, Cintéotl, Coatlicue, Xipetótec, Xolotl, Huichilopochtli, Quetzalcóatl, entre otros.
Pero con la Conquista nuestras deidades pierden fuerza los invasores europeos se impusieron por la fuerza a los habitantes originarios a través de las armas, tortura, asesinatos. Y por el sometimiento ideológico de una sola imagen (Cristo o la Virgen María). El avasallamiento es completo: dominación y sumisión a los indígenas. Es por esto que los españoles logran imponer la imagen de la Virgen de Guadalupe sobre la Diosa Tonantzin. Y vean ustedes, de que manera es el control de las masas en el terreno de la fe, que hasta nuestro calendario contempla como día festivo (descanso obligatorio) el 12 de diciembre para conmemorar un año más la aparición de la Virgen de Tepeyac (¿Tonantzin?). Claro esta sin olvidar en nuestros tiempos el Marketing (mercadotecnia) que se le da a este evento religioso.
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